Nos encanta beber vino, el aumento de la comunidad “winelover” es un hecho que no se puede negar. A lo largo de los años,  no pocos estudios han avalado científicamente los beneficios que reporta a la salud el consumo moderado del vino tinto.

Y lo cierto es que, contados productos tienen tantas cualidades positivas para nuestro cuerpo que el vino tinto. Aquí destacamos las más curiosas y las que más nos interesan a los defensores de la copita de vino a diario.

1.- Antigrasas. Ahora que estamos en plena operación bikini probablemente te interesa saber que el vino impide la formación de nuevas células de grasa y moviliza las ya existentes.

2.- Combate las caries y evita la caída de los dientes. En la antigüedad ya se utilizaba el vino para frenar la caída de los dientes y cuidar las encías. Esta bebida frena el crecimiento de las bacterías asociadas con las caríes, la gingivitis y el dolor de garganta.

3.- Incentivo para el cerebro. El vino tinto mejora la circulación hacia el cerebro y ayuda a prevenir algunas demencias como el Alzheimer o la enfermedad del Huntington.

4.- Cuida el corazón. Tomar una copita al día de vino tinto es la receta ideal para aquellos que tienen problemas de colesterol ya que los científicos han demostrado que consumir vino tinto en las proporciones adecuadas ayuda a disminuir el conocido como colesterol malo y a aumentar el bueno. Además, una copa de vino después de comer ayuda a bajar la presión arterial durante el proceso digestivo, por lo que ayuda a las personas con tendencia a la hipertensión a controlar su presión.

5.- Felicidad y juventud. Al ser tan bueno para la circulación sanguínea, el vino tinto ayuda a evitar las varices. Contiene vitaminas que ayudan a lucir una piel más sana y joven.  Además, al degustarlo con moderación, el vino ayuda al cuerpo a liberar dos tipos de endorfinas en el cerebro que aumenta la sensación de placer.

No olvides que…

En mujeres el consumo moderado de vino se sitúa en ¼ litro al día, cantidad que el cuerpo puede metabolizar sin problemas. En el caso de los hombres, es de ½. No obstante, conviene aclarar que el nivel de toxicidad del alcohol en las personas dependen de varios factores como la edad, los alimentos con los que se acompañan o el estado de salud.